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9 dic 2012



Mientras cronos juega con nosotros caprichosamente, la vida cierra y abre puertas, y celosamente nos asomamos para descubrir qué nos depara el destino.
El mío culmina al asomarme a la ventana, y dejar que el aire se renueve inundando la estancia de aromas familiares.
Permitid que mis tímidos decires os acompañen nuevamente, que fluyan libres y espontáneos con más pausa que prisa; suaves  como la brisa, cálidos como las tardes de Abril...
Dejad que los vuestros me susurren al oído mil cosas y ninguna. Que lea entre líneas, interprete los silencios, y adivine en cada línea emociones y nostalgias.

Un fuerte abrazo, compañeros.

4 comentarios:

  1. Esa brisa que entra por tu ventana la esperábamos. Gracias por abrir los postigos y dejarnos estar cerca, disfrutando de tu esencia.
    Un abrazo Tyrma.

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    Respuestas
    1. Era cuestión de tiempo, San.
      Gracias a ti, por estar cerca de la ventana y de mí.

      Un beso.

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  2. Anónimo12/12/12

    Lo bueno que tiene el abrir ventanas es que cuando uno se asoma, los demás gozan con su presencia. Las puertas cerradas incomunican así que es muy saludable ese abrir y cerrar que hace que el aire se renueve, fluya, oxigene. Me gustan tus decires y confío en que te llegue nítida la calidez de los nuestros.
    Un abrazo.

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  3. Me llega Pepe, siemepre me ha llegado, y se agradece ya que pocas cosas hay como la calidez de la amistad.

    Dos besos...uno para ella.

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